Nuevo informe: Décadas de Infrafinanciación han Limitado la Capacidad del Sistema de Salud Pública para Proteger la Salud de los Estadounidenses y Responder a Emergencias

 

La financiación federal básica de la salud pública ha permanecido estancada durante la última década, mientras que la población de la nación y los riesgos para la salud han aumentado.

(Washington, DC – 21 de agosto de 2024) – La insuficiente financiación ha dejado al sistema de salud pública de la nación mal preparado para enfrentar los retos de salud pública del siglo 21st, según un nuevo informe titulado, El Impacto de la Infrafinanciación Crónica en el Sistema de Salud Pública de América 2024: Tendencias, riesgos y recomendaciones, publicado hoy por Trust for America’s Health.

Según el informe, el aumento de las tasas de enfermedades crónicas del país y la lenta respuesta a la emergencia de salud pública del COVID-19 se debieron en parte a décadas de falta de inversión en infraestructuras de salud pública y en su fuerza laboral. Otro motivo de preocupación es que los avances en seguridad sanitaria logrados cuando los legisladores aumentaron la financiación de la sanidad pública debido a la emergencia del COVID-19 están ahora en riesgo, ya que la financiación está llegando a su fin.

La mayor parte de la financiación de la salud pública es asignada por el gobierno federal, principalmente a través de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), a los estados, tribus, territorios y departamentos de salud locales. Estas entidades, a su vez, apoyan una amplia gama de actividades de salud pública fundamentales, como la detección y vigilancia de enfermedades, la seguridad de los alimentos, el agua y el medio ambiente, la promoción de la salud y la preparación para emergencias. Sin embargo, la financiación federal no ha seguido el ritmo de los crecientes retos que ha enfrentado la salud pública de la nación. El presupuesto del año fiscal actual de los CDC para el año fiscal 2024 (FY 2024) es un 3% menor que el del año fiscal 2023, cuando se toma en cuenta la inflación y solo ha aumentado un 4% en la última década después de ajustarse por la inflación.

En lo que respecta específicamente a la preparación ante emergencias, el acuerdo de cooperación de los CDC para la Preparación ante Emergencias de Salud Pública (PHEP, por sus siglas en inglés), proporciona financiación y asistencia técnica a los departamentos de salud estatales, locales y territoriales para apoyar su preparación ante emergencias, pero se ha observado una disminución de financiamiento a lo largo de las dos últimas décadas. La financiación anual actual del programa, de 735 millones de dólares, está muy por debajo de los 1,000 millones recomendados por la comunidad de salud pública.

Un segundo programa de preparación para emergencias, el programa de Preparación y Recuperación Sanitarias, administrado por la Administración para la Preparación y Respuesta Estratégicas, ha visto reducida su financiación en casi dos tercios tras ajustarla por inflación.

Otra área de infrafinanciación crónica se refiere a los programas dirigidos al número de estadounidenses que viven con una enfermedad crónica. Seis de cada diez adultos estadounidenses padecen una enfermedad crónica, y las enfermedades crónicas y los problemas de salud mental representan la gran mayoría del gasto sanitario del país. Con poca visión de futuro, la financiación de programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades como la obesidad, el cáncer y el abuso de sustancias es tan baja que en muchas comunidades no existen programas probados y basados en pruebas debido a la falta de financiación. Se espera que los CDC gasten solo $1,400 millones de dólares en la prevención de enfermedades crónicas y la promoción de la salud este año fiscal, una cantidad inferior a lo que gastaron en estos programas en el año fiscal 2015 después de ajustar la inflación y una pequeña parte de los $4,5 billones de dólares que el país gasta anualmente en atención sanitaria.

Los progresos realizados en respuesta a la pandemia de COVID-19 están en peligro debido a un déficit de financiación

La respuesta a la emergencia de salud pública COVID-19 incluyó inversiones significativas en infraestructura de salud pública, mano de obra y medidas políticas para apoyar la seguridad económica y nutricional de los estadounidenses. Estas medidas fueron fundamentales para la respuesta nacional y ayudaron a que el país fuera más sano y resistente. Pero fueron asignaciones únicas y temporales y debido a que la financiación finalizó o fue rescindida, el progreso creado corre el riesgo de perderse.

Hay que actuar para salvaguardar la salud de la nación

El informe incluye medidas recomendadas a la Administración y al Congreso para proteger la salud para hacer frente a las disparidades sanitarias, reducir el gasto sanitario y mejorar la seguridad económica y nacional de la nación, entre ellas incluye:

  • Reforzar las infraestructuras de salud pública del país: Aumentar y mantener la financiación para modernizar los sistemas de datos de salud pública, apoyar a los laboratorios locales y estatales de salud pública y epidemiología, aumentando y diversificando el personal de salud pública.
  • Mejorar la seguridad sanitaria: Aumentar la financiación de programas que refuercen las defensas frente a una amplia gama de amenazas, desde enfermedades infecciosas a fenómenos meteorológicos. Apoyar la infraestructura de vacunas y garantizar la preparación del sistema sanitario.
  • Abordar las desigualdades sanitarias y los determinantes sociales de la salud: Invertir en programas y políticas que aborden las causas profundas de las disparidades sanitarias, incluidos los factores sociales y estructurales de la salud.
  • Promover la salud y prevenir las enfermedades crónicas a lo largo de toda la vida: Asignar recursos para intervenciones basadas en pruebas que promuevan comportamientos saludables y prevengan enfermedades crónicas en todas las etapas de la vida.
  • Dar prioridad a la prevención primaria de los problemas de salud conductual y las muertes por desesperación: Invertir en programas integrales de prevención del suicidio y los trastornos por consumo de sustancias, haciendo hincapié en las intervenciones tempranas y la identificación oportuna de las personas en situación de riesgo.
  • Prepararse y mitigar las consecuencias sanitarias del cambio climático y las amenazas medioambientales: Aumentar la financiación para hacer frente a las consecuencias sanitarias del cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y otros peligros medioambientales para la salud.

Trust for America’s Health es una organización sin fines de lucro, no partidista, dedicada a la protección, investigación y la defensa de políticas de salud pública, promoviendo una salud óptima para todas las personas y comunidades, haciendo que la  prevención de enfermedades y lesiones sea una prioridad nacional.